Hacerse el sueco
Esta expresión significa hacerse el desentendido, no hacer caso alguno a los cargos o reflexiones que se le hagan.
Algunos autores atribuyen su origen "al proceder de los marinos suecos que, por desconocer nuestra lengua, hiciesen oídos de mercader a lo que se les dijese o se les reprochase en los puertos donde desembarcaran".
Sin embargo, José Mª Iribarren afirma que esta expresión "no proviene de los suecos de Suecia, sino de la palabra latina soccus: especie de pantufla empleada por las mujeres y los comediantes. Soccus era el calzado que en teatro romano antiguo llevaban los cómicos, a diferencia del coturno con el que elevaban su estatura los trágicos. De soccus viene zueco (zapato de madera de una pieza), zocato (zurdo) y zoquete (tarugo de madera corto y grueso), palabra ésta que se aplica al hombre torpe y obtuso".
Por lo tanto, hacerse el sueco equivale a hacerse el torpe, el tonto o el que no entiende lo que se le dice.
Iribarren, José Mª; El porqué de los dichos. Gobierno de Navarra. Departamento de Educación, Cultura, Deporte y Juventud. Novena edición. Octubre 1996, pág. 98 y 99.