Cada palo aguante su vela
Esta expresión tiene el significado de que cada uno se resigne con su suerte; conlleve los trabajos o molestias inherentes a su estado o profesión, o sea responsable de sus actos.
Según José Gella Iturriaga en El Refranero del Mar, se trata de un dicho de origen marinero, alusiva al palo o madero redondo, fijo verticalmente en una embarcación, y destinado a sostener las velas.
Algunos creen, equivocadamente de acuerdo a Iribarren, que se refiere al cirial o candelabro alto, en cuya parte superior va metida la vela de cera.
Iribarren, José Mª; El porqué de los dichos. Gobierno de Navarra. Departamento de Educación, Cultura, Deporte y Juventud. Novena edición. Octubre 1996, pág. 26.